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LA MOTOCICLETA EN SAN CRISTÓBAL: SITUACIÓN ACTUAL Y MEDIDAS PARA MITIGAR SU IMPACTO EN LA COLECTIVIDAD TACHIRENSE
Por: Leidy Martínez

En
su mayoría son personas que tienen toda una vida trabajando en el comercio
informal en las calles, aceras y avenidas de la ciudad de San Cristóbal, donde
las autoridades venezolanas son muy permisivas. No siendo así, para los
venezolanos que por alguna razón quisieran ir a trabajar en la ciudad de
Cúcuta.
Dentro de todas las actividades económicas realizadas entre estos
dos países, el contrabando también forma parte de la economía de
esta zona fronteriza, favorecida principalmente por las diferencias cambiarias que
representan bajos costos en alimentos y bebidas, además de la subvención de la
gasolina venezolana, la cual representa un costo 10 veces menor que en Colombia.
Dicha situación ha contribuido a agudizar el problema de movilidad entre
ambas naciones. Son innumerables las familias tanto colombianas como
venezolanas que se dedican a esta actividad ilícita del contrabando de
combustible, alimentos y textiles.
La constante movilización por las vías de la considerada frontera
más activa de América
Latina, ha generado un
impacto negativo en muchos de sus habitantes, quienes cansados de pasar largas
horas de cola en transporte público para movilizarse de un lugar a otro,
comenzaron a adquirir unidades de transporte que les permitiesen movilizarse
mucho más rápido sin tener que pasar por las incomodidades de andar en
transporte público.
La solución parcial a sus inconvenientes de movilidad vino dada por
el vehículo de dos ruedas llamado motocicleta, que además de ser un medio de
transporte rápido es asequible para quienes cuentan con un salario mínimo como
ingreso.
Sin
embargo, esta “nueva” modalidad de
transporte que parecía hacer frente a los crecientes problemas de movilidad en
la ciudad de San Cristóbal, terminó generando a juicio de un grupo de expertos
un “problema de salud pública”.
Según
explicaciones de la psicóloga Ingrid Bournat se debe a que la mayoría de
lesionados son personas que se encuentran iniciando o consolidando un proyecto
de vida, y un alto porcentaje de esos heridos son adultos jóvenes en plena etapa productiva. Y por lo general
quienes se ven involucrados en estos incidentes mueren o quedan con alguna discapacidad
permanente y esto
no solamente genera un problema de salud
pública por todo el tema de gastos en medicinas y suministros más la ocupación
de camas durante meses en las diferentes clínicas y hospitales, sino que en cada
individuo afectado comienza a aflorar una serie de conflictos personales por no
sentirse útil, es decir, sentirse capaz de realizar cualquier tarea en el ámbito
laboral o social. En muchos casos los
afectados se sienten frustrados, derivándose de allí muchas veces la violencia, comenzando
con la intolerancia por sentirse
una carga para sus familiares.
Cuando los
lesionados tienen pareja asegura Bournat y es el varón el que se lesiona, la
situación se torna más difícil aún porque se produce un cambio de roles, ahora
es la mujer quien sale a trabajar para traer el sustento al hogar y para los
hombres es una situación inaceptable.
A propósito de estas situaciones que ya venían siendo analizadas, en
septiembre de 2013 comenzaron a ser emitidas una serie de alertas formales por
parte de diferentes autoridades públicas del estado Táchira, entre ellos el
director del Departamento de Traumatología del Hospital Central de San
Cristóbal Dr. Renny Cárdenas, quien alarmado por la alta tasa de incidentes
presentados por accidentes con motorizados, hizo un llamado de atención
contundente a las autoridades.
Según sus declaraciones tomadas
por periodistas del Diario La Nación entre mayo de 2012 y mayo de 2013 fueron
atendidas en la emergencia de traumatología del Hospital Central de San
Cristóbal 6 mil 970 personas, de las cuales 5 mil 348 fueron por fracturas
ocasionadas en accidentes de tránsito, ocupando el primer lugar las que
involucran motocicletas.
Además señaló con mucha preocupación que al día
acuden 19 pacientes de los cuales 14 son por fracturas, y aunque se han
implementado métodos para darle rápida solución y atención a cada persona, el
tiempo de recuperación es prolongado, ocupando los espacios de hospitalización
y turnos quirúrgicos de la institución, sin contar con las repercusiones en la
vida del paciente y su familia.
Destacó también que las fracturas, en su mayoría,
son en los miembros inferiores, y gran parte corresponden a fracturas abiertas,
con exposición del hueso que ameritan cirugía, para restituir y volver a su
lugar original la parte lesionada.
Finalmente, llamó a la reflexión ya que la
motocicleta en Venezuela ha sido tomada como un vehículo familiar, pues también
hay una alta incidencia de niños con fracturas por accidentes en vehículos de
dos ruedas, y una vez llegan al servicio se conoce que se desplazaban hasta 3 o
4 personas en una sola moto convirtiendo un medio de transporte particular en
colectivo, lo que trajo graves consecuencias.
En el siguiente gráfico suministrado por el
Departamento de Prensa de Protección Civil Táchira, se puede observar un total
de 93 accidentes ocurridos entre el 11 de octubre al 11 de noviembre de 2013.
A raíz de esta información fue que
las autoridades se reunieron para tomar medidas que redujeran los altos índices
de siniestralidad ocasionados principalmente por el uso inadecuado de
motocicletas.
Luego de una exhaustiva revisión del problema, el
gobernador José Gregorio Vielma Mora emitió el DECRETO 511 publicado en Gaceta
Oficial el día 16 de octubre de 2013 y dirigido a mitigar el alto índice de
accidentes por motocicletas. El mismo fue gestionado a través de las Mesas
Técnicas de Discusión creadas por la Gobernación y el Organismo de Prevención y
Administración de Desastres adjunto a Protección Civil.
Como primer punto importante se prohíbe la circulación
de vehículos tipo motocicleta dentro de la Jurisdicción del Estado Táchira, en
los horarios comprendidos de lunes a jueves de diez (10:00 pm), hasta las cinco
(5:00am) y de viernes a domingo y días feriados de nueve (9:00pm), hasta las
cinco (5:00 pm). Solo se permitirá la circulación de vehículos tipo motocicleta
fuera del horario establecido en el artículo 1 en los casos que exista Permiso
de Circulación Especial emitido por el Instituto autónomo de la policía del
estado Táchira, por motivos de labores educativas y en casos de emergencias
debidamente comprobadas.
Los conductores y acompañantes de vehículos tipo
motocicleta deberán portar un casco de seguridad que permita la identificación
del rostro de los mismos, además de un
chaleco con la identificación de la placa de la motocicleta con colores
reflexivos.
También quedó prohibido conducir motocicleta utilizando
equipos o dispositivos celulares y auriculares conectados a aparatos receptores
de sonido.
Luego
de aplicada la medida de restricción contemplada en el artículo uno (1) del
mencionado Decreto, los accidentes fueron reducidos a 36 accidentes en un mes
dividido por semanas, tal como se refleja en el gráfico. Lo que evidencia una
disminución considerable del problema.
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